Leyendas de la gran guerra aún moran la noche.
Es mucho
tiempo después de la última bomba.
En el fondo del mar seco, sumergido en las arenas
eternas, descansan los restos del submarino.
En su interior, la tenue lampara
desprende destellos metálicos de la bestia vencida.
Es allí dónde escondo mi tesoro, los restos del mundo, las últimas
cosas:
un antiguo libro con dibujos de aves, una enciclopedia
ilustrada con la m de montaña, mapas estelares obsoletos.
Dentro estoy seguro de las
tormentas,
dentro no se siente el frío del viento, ni el calor del sol.
Dentro ya no me avergüenza lo que soy.